martes, 15 de marzo de 2011

Y SI DURA MÁS DE SEIS MESES.... ¿ ES NOVIO ?




Yo es que siempre me he hecho un lío con esto de la duración de las cosas. Tú ves la esquela funeraria de un tipo de 56 años y pone “El joven Fulanito de Tal….”. Y yo digo que, a ver, con 56 años uno no está para que lo lleven de invitado al “Cine de barrio”, pero tampoco como para que le llamen joven… aunque no sea viejo….

No sé si me explico.

Los coches, por ejemplo: un coche es viejo cuando empieza a tener averías, o cuando la casa saca otra versión renovada del mismo modelo (cosa que puede suceder al mes de habértelo comprado, por cierto… y eso sí que jode, que a mí me pasó con un Ibiza...).  Un piso es viejo cuando tiene marcas de agujeros emplastecidas, o cuando cambias la decoración y quedan en la pared las huellas de la antigua, o cuando empieza a tener goteras. Unos zapatos son viejos cuando sales a la calle un día de lluvia y se te encharcan los pies, o cuando te los pones para ir a una boda y  te das cuenta de que tus tacones son gruesos mientras que los del resto de las invitadas son de aguja. Lo mismo pasa con un vestido. Un peinado es viejo cuando se parece más a los de los vídeos de Duran Duran que a los de la gala de los Oscar…
Y así todo.

Pero un novio… ¿Cuándo es un novio? ¿Cuándo pasa de amigo a novio, quiero decir? ¿Cuál es la duración mínima de una relación sentimental para que ese amigo al que te resistes a llamar de otra manera pase a merecer tan solemne apelativo? ¿Cuánto tiempo tiene que pasar desde el primer beso (o el primer revolcón ) para que esa persona te parezca tan importante como para presentarla como tu novio?
Sí, porque mientras sólo es tu amigo, qué se yo, hay un margen de maniobra, una cierta informalidad... Digamos que hasta puedes arrepentirte y mandarlo a hacer puñetas, pero cuando pasa a ser tu novio la cosa cambia. En el momento en que empleas la palabra mágica…¡Ay, amiga! Eso significa que vas en serio…. 

¡¡ Y eso puede ser muuuy grave !!

Yo siempre me había resistido a utilizar el apelativo de “novio”. Fundamentalmente porque a mí los chicos me duraban más bien poco (o era yo quien les duraba poco a ellos, que de todo ha habido) y porque esa palabra me ha dado siempre un poco de repelús. No sé, yo oía “novia” y me veía con el vestido de floripondios, el bolso lleno de pañales, los sobacos sin depilar, la melena llena de marcas de desteñido, los muslos plagados de varices….

¡ En fin, que nunca me he visto yo novia de nadie !

Pero claro, te pones a no salir con un chico tontamente, a enrollarte con él de vez en cuando, a juntarte por las noches en la disco, a quedar algún domingo por la tarde…. Y cuando te quieres dar cuenta estás metiéndole a tu madre una bola del tamaño de la catedral de Burgos para escaparte un fin de semana con él y pasar una noche loca. Y tu madre, que parece mentira, con lo que es, traga y te deja. Porque todavía no sabe que andas con alguien, o porque lo sabe y piensa, qué demonios, a ver si hay suerte, se queda preñada y se larga de casa de una puñetera vez.

Y es que mientras la familia no sabe nada todo marcha viento en popa….

¡ Pero el día que se enteran… !
“Oye, que me han dicho que tienes novio. A ver si lo traes a casa para que lo conozcamos”
Y tú te haces la sueca. Porque sabes que, una vez que lo metas en casa, se acabó el juego. Una vez que lo lleves a comer y le presentes a tus padres, y sobre todo a tus hermanos, todo se transforma. Para empezar, tu hermano, cuando lo vea, ya no lo va a llamar Felipe; lo va a llamar “cuñao”. Y cada vez que te inviten a una boda, a un cumpleaños, a un funeral… vas a tener que llevarlo. 
Y lo malo no es eso: lo peor es que, una vez que tienes novio, las bodas ya no son una fiesta. 

Son un entrenamiento.

Sí, porque antes de tener novio, uno va a una boda a comer, a beber, a bailar, a reírse de la cogorza del padrino y a sacarle faltas al vestido de la novia. Pero una vez que tienes novio, ves las bodas desde un prisma diferente; las mollas que le salen a la novia por debajo del corpiño ya no te resultan tan hilarantes, el espectáculo de la madrina fumándose una Faria mojada en Soberano y bailando la Lambada con las medias caídas te parece patético, el hecho de que al camarero se le caiga una lentilla en la bandeja de los langostinos se te antoja una tragedia griega…
Pero eso no es lo peor…. 
Lo peor es que te emocionas al ver a los niños llevando las arras, que las damas de honor te parecen hadas madrinas y que las tartas de merengue de tres pisos  adquieren la elegancia de la Torre Eiffel….

Y eso sí que ya no tiene vuelta atrás… 
Eres carne de cañón. 
Sois carne de cañón. 

Y cuando todo el mundo os mira, a la hora del postre, metiendo el uno el tenedor en el plato del otro, y alguien os pregunta :  “Y vosotros…. ¿para cuándo?”, tú miras a tu novio con ternura, le das un besito en los labios, enrojeces, sonríes, te das media vuelta y respondes….

“Pues si mi madre va a dar el mismo espectáculo que está dando la tuya, para cuando establezcan la ley seca”